Con la economía en alza y la desocupación en baja, ahora la mirada estará en el Índice de Pobreza
El Indec informará el jueves los niveles de pobreza e indigencia en el primer semestre cuando el costo de los alimentos le ganó a los salarios.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dará a conocer el jueves el índice de Indigencia y Pobreza al término del primer semestre del año, un período signado por la recuperación de la economía y una baja en los niveles de desocupación.
El año pasado, la pobreza alcanzó al 42% de los argentinos, y uno de cada cuatro de estos, era indigente, es decir que sus ingresos no alcanzaban ni siquiera para comprar la cantidad mínima de alimentos para subsistir.
Si bien el Producto Bruto Interno (PBI) creció 17,9% interanual en el primer semestre y la desocupación bajó al 9,6 % en el segundo trimestre de este año respecto al 13,1% de abril-junio del 2020, con mayor empleo precario, lo cierto es que los salarios crecieron por debajo de la inflación.
Y estos índices se realizan comparando los ingresos que tienen una persona o grupo familiar para comprar la cantidad mínima de alimentos para subsistir, en el caso de la indigencia, y a la que se le añaden indumentaria y transporte, para definir el nivel de pobreza.
En ese marco es que los valores tanto de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) como la Total (CBT) crecieron al término del primer semestre del año por encima del índice de salarios que realiza el Indec.
Así la CBA, que marca el umbral de la indigencia, aumentó 28,8% para totalizar $ 28.413 para un grupo familiar constituido por dos adultos y dos niños de 6 y 8 años, y la CBT, que establece el “piso” por debajo del cual se cae en la pobreza, subió 26,11% para totalizar $ 66.488, entre diciembre y junio.
Pero el índice de Salarios aumentó 22,8% en el primer semestre del año, por debajo de la evolución de la CBA y la CBT, con una combinación de aumentos del 25,4% en los ingresos de los trabajadores privados, del 24,3% de los públicos, y del 13,8% para los empleados “en negro”.
Desde el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) advirtieron que "si la inflación sigue en torno al 50% anual es muy probable que el encarecimiento de la canasta básica total lleve a un mayor deterioro de la pirámide social, puesto que pocas paritarias cerraron valores cercanos a la inflación y tampoco hay perspectivas de mejora en la calidad de los trabajos."
La entidad apuntó a que "si se construyera una pirámide social en base a los ingresos con cuatro clases: baja, media baja, media y alta, en donde la baja son los hogares pobres, que no alcanzan a adquirir una canasta básica total (CBT); la media baja, que si bien no es pobre, es vulnerable y dependiente del contexto para pasar o no a la pobreza; la media, que ocupa un lugar más estable; y, por último la clase alta, que obtiene ingresos por más de 4 CBT, obtenemos que entre el primer trimestre de 2020 y el primer trimestre de 2021 (entre los cuales golpea de lleno la pandemia) hubo un gran deterioro social."
En ese sentido, la clase baja pasó de representar el 25% de los hogares en el 2020 al 31% en el 2021. Y la clase media baja pasó del 8% al 10%. Esto implica que hay 1.6 millones más de argentinos en pobreza o situación de vulnerabilidad respecto al 2020. La contrapartida de este fenómeno es que se achicó la clase media, que pasó del 51% de los hogares al 48% y la clase alta, que pasó del 15% al 11%.