Cómo reconstruir la confianza para frenar al dólar y el drenaje de reservas
Pasan los días y queda demostrado que el súper cepo fue un cambio que empeoró el panorama. Esto se suma a la creciente pérdida de confianza por parte del mercado hacia la política económica del Gobierno. Será clave la visita de la misión del FMI para plantear o respaldar un nuevo horizonte. ¿Cules son las alternativas mientras se negocia con el Fondo?
Cambiar para empeorar. Si bien el consenso del mercado esperaba desde hace tiempo medidas para poner un freno al constante drenaje de reservas del Banco Central, queda claro que, 11 días transcurridos de las regulaciones cambiarias, el remedio fue peor que la enfermedad.
Los efectos adversos del nuevo súper cepo dispuesto por el BCRA fueron considerables. A saber: crisis cambiaria, con la previsible disparada del blue y de los dólares financieros hasta récords de $147 y $152 respectivamente; brecha cercana al 100%; derrumbe de acciones argentinas en Wall Street (YPF, por ejemplo sucumbió 28%); del S&P Merval (-16% en dólares valuado al “contado con liqui”); y de los bonos (pasaron de tasas del 11,5 al 16%, casi sin escalas, rendimientos peores a los de Angola o el Congo); salto del riesgo país (+19%); mayores expectativas de devaluación; aceleración de la caída de depósitos privados (en 6 días se retiraron u$s 515 millones); y de las reservas netas, que ya se ubican en la zona de u$s 6.100 millones, mientras que las líquidas o de libre disponibilidad ya perforaron los u$s 1.900 millones, según cuentas de analistas.
Todas estas variables fueron atravesadas por un denominador común: la creciente pérdida de confianza por parte del mercado hacia la política económica del Gobierno, en la que ya venía haciendo mella la intervención de empresas, la declaración de servicios públicos a las telecomunicaciones, o el proyecto del impuesto a la riqueza, por citar algunas decisiones.
A su vez, errores no forzados como el virtual feriado cambiario de más de una semana, respecto a la venta del dólar ahorro y a las transferencias en dólares, no hicieron más que propiciar un caldo de cultivo para una ola de rumores y fake news sobre un nuevo corralito a los depósitos en los bancos que, vale decir, hoy cuentan con una liquidez en divisas cercana al 90% -encajes en el BCRA y efectivo en caja por el 88% del total-, en las antípodas de 2001, cuando la mayor parte de los depósitos estaban prestados. “Los bancos están líquidos, pero los argentinos ya sacaron más de u$s2.000 millones en el año. La sangría es permanente, y las medidas y señales del gobierno no ayudan. No es un tema de liquidez; es de confianza”, advierte Esteban Domecq, director de director de Invecq.
En las últimas horas, además, circularon varias versiones en el mercado de eventuales cambios al frente BCRA y en el equipo económico. “Todo lo que se dice es un disparate”, dijeron a Data Clave fuentes oficiales. De todos modos, no habría que descartar algún movimiento
En lo que hace al flujo de divisas, desde que anunció el súper cepo, el Banco Central aún no pudo tener una posición compradora sólida en el mercado oficial de cambios. Por caso, este viernes se desprendió de u$s 80 millones, según fuentes del mercado, lo que marca que la demanda resultó significativa en el primer día, donde algunos bancos (Santander, Galicia, BBVA, Itaú, HSBC) volvieron a habilitar el dólar ahorro.
Vale remarcar que la medida que más molestó al mercado no fue el refuerzo al cepo para quienes compran u$s 200 por mes, sino la decisión de obligar a las empresas que tienen vencimientos de deuda en moneda extranjera superiores al millón de dólares refinanciar o pagar con tenencias propias un 60% de sus necesidades.
Según Morgan Stanley, los títulos argentinos tuvieron su peor comienzo de cotización en años comparada con la reestructuración de otros países. "Faltan los catalizadores positivos, con una alta probabilidad de que las políticas se vuelvan menos favorables al mercado a corto plazo (…) Por lo tanto, a pesar de las valoraciones aparentemente atractivas, nos mantenemos neutrales", dijo Morgan Stanley en un reciente reporte.
Pero no solo el súper cepo le asestó un duro golpe a las expectativas de los inversores. El Presupuesto 2021, presentado en el Congreso esta semana con Guzmán (en el día de su “sarasa”) no convenció al mercado, sobre todo en las previsiones de déficit fiscal primario en la zona de 4,5% del PBI, junto con la estimación de una inflación en torno al 29%. “El piso del déficit base es alto, y es el mínimo solo si los gastos de emergencia por la crisis solo se mantienen en un 15% de los realizados en 2020. Funcionarios del gobierno ya anticiparon que esto dependerá de la evolución de la pandemia, por lo que el mercado descuenta que el agujero fiscal sería incluso mayor”, remarcó Nery Persichini, jefe de Estrategia de GMA Capital.
Además, las proyecciones oficiales anticipan un financiamiento del orden del 60% de las necesidades fiscales vía emisión monetaria. Pero esto se daría solo en caso de que se ofrezcan tasas reales positivas capaces de fomentar el financiamiento privado. De caso contrario, ese 40% no se realizaría vía rollover y se fondearía con más pesos del Central, advirtieron en GMA Capital.
Desde el Grupo SBS, comentaron que el plan de Guzmán “sugiere que la consolidación fiscal será más lenta de lo imaginado y demandará un mayor financiamiento con emisión a lo largo del camino. La estrategia no pareció convencer al mercado”.
Cómo revertir la pérdida confianza
Luego del fenomenal derrape post súper cepo, el jueves, los activos argentinos demostraron que pueden reaccionar rápidamente ante la aparición de una noticia positiva. En concreto, el anuncio de la visita del FMI a la Argentina en octubre encendió una luz al final del túnel. El vocero del Fondo, Gerry Rice, confirmó además que continúan las conversaciones "en buenos términos" con el Gobierno. "En medio de tensiones políticas y la incertidumbre económica, despierta expectativa la misión del FMI, ya que podría no sólo ayudar a consensuar un plan económico integral que otorgue mayor confianza a los inversores, sino también contribuir con el ‘roll-over’ de deudas para continuar despejando el programa financiero de los próximos años", dijo el economista Gustavo Ber.
Ahora bien, entendiendo que esa negociación llevará meses -tal como ya adelantó el Ministro Guzmán- para esperar resultados concretos, ¿qué otros factores podrían envalentonar a las acciones y los bonos argentinos y propiciar una baja en el dólar?
Desde Quantum, la consultora que dirige el ex secretario de Finanzas, Daniel Marx, destacaron que “buscando en el pasado en nuestro país y en experiencias en otros países los ingredientes que permitieron salir de las crisis cambiarias, en algunos casos, aunque más no sea en forma transitoria, encontramos que ello se dio con la combinación de la implementación de programas macroeconómicos consistentes desarrollados por equipos técnicos de prestigio que concentraron las decisiones en ese campo, con un fuerte aval político”.
Por su parte, Persichini enumeró: anuncios sobre un endurecimiento de la política fiscal dura (reducción del gasto), un aumento de la tasa de interés en pesos (la tasa real es 12% negativa) y un plan tendiente a la unificación cambiaria y al desarme gradual del cepo.
Para Roberto Drimer, titular de VatNet, se necesita “proponer una nueva estrategia económica y financiera que reconozca coherentemente las limitaciones del momento sin dogmatismos, aceptando las posibles soluciones menos malas”.
En Invecq, por su parte, creen que “un factor relevante para poder recomponer reservas en el corto plazo debe ser restablecer la confianza sobre el sector privado y tratar de revertir la tendencia a la baja de los depósitos, que pese a ser un sistema solvente (solo el 35% de los depósitos están prestados) la actividad podría ralentizarse”. Agregan que “el inicio de un nuevo capítulo FMI que determine ciertas pautas sobre el sendero fiscal y monetario del gobierno emerge como la nueva luz al final del túnel para dar algo de aire de confianza local e internacional”.
Por último, el analista financiero Salvador Di Stefano considera que “el Gobierno intentará bajar la brecha por varios caminos. Está claro que por ahora no desea subir la tasa de interés porque esto generaría un impacto negativo en la economía. Tampoco devaluaría más allá de lo previsto al dólar oficial, la expectativa es una devaluación como mucho del 38% anual”.
En ese sentido, Di Stefano subraya que el Gobierno podría anunciar “una serie de medidas para ganar credibilidad”, como, por ejemplo:
1) Bajar el déficit fiscal, que ya viene cediendo todos los meses, más por vía de ajuste de gasto, que por suba de ingresos. Es una buena señal para los mercados. En agosto los gastos subieron el 56,9% cuando el acumulado de 8 meses sube el 69,3%.
2) Intervenir los mercados de dólares ligados a bonos. El Banco Central venderá bonos en el mercado para bajar el precio del dólar bolsa y el dólar contado con liqui. Con esto se quiere dar una señal para disciplinar a los especuladores.
3) Se acelera la llegada y acuerdo con el FMI. En octubre se activarán las negociaciones con el FMI de modo tal de arribar a un rápido acuerdo, de esta forma se espera como mínimo prorrogar los pagos de amortización del crédito de u$s 43.600 millones para 2024 en adelante.
4) Financiamiento. El gobierno estaría por realizar una operación de financiamiento con bancos americanos, en donde dejaría en garantía el swap chino o bonos y obtendría dinero líquido, de esta forma buscaría darles liquidez a las reservas.