"Guerra contra la inflación": el Gobierno incrementará los controles y amenaza con sanciones
Las medidas anunciadas por el Presidente buscan poner un freno a los aumentos. La Ley de Abastecimiento funcionará como un mecanismo de coerción para las empresas.
El Gobierno ya comenzó su “guerra” contra la inflación, encabezada por sus ministros más cercanos. Las armas a utilizar serán, salvo el caso de la suba de retenciones, las mismas que venían siendo parte de la gestión: controles y sanciones a empresas que incumplan acuerdos de precios.
En ese sentido el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, aseguró este domingo que el Gobierno va a "actuar con el peso de la ley" sobre los sectores que en las últimas semanas implementaron remarcaciones y que van a exigir a los empresarios "que retrotraigan los precios que no tienen justificación".
"Vamos a trabajar cadena por cadena. Vamos a comparar la estructura de costos con los datos que informen los empresarios y conformar una mesa de trabajo. Somos un gobierno de diálogo, pero si vemos que del otro lado no encontramos una respuesta adecuada, y hay excusas o prácticas especulativas, vamos a actuar con el peso de la ley", afirmó Kulfas en diálogo con FM Futurock.
En febrero, el Indec informó una inflación del 4,7% mensual, con el rubro de alimentos creciendo al 7,5%, y 52,3% en el último año. En ese marco, la preocupación del Gobierno escaló y el presidente Alberto Fernández anunció que iniciaría una “guerra contra la inflación”.
Las previsiones para marzo son todavía más altas, ya que se sentiría el golpe de la disparada en las materias primas, el efecto segunda ronda de los combustibles, tarifas y la propia inercia local.
En un mensaje dirigido a los empresarios, Matías Kulfas advirtió que “el primer objetivo es estabilizar esta situación que está agudizada por la suba de los costos de las materias primas. En las últimas semanas vimos remarcaciones que nos parecen injustificadas e inaceptables y queremos discutirlas con la cadena para frenarlas en lo inmediato”.
"Iniciamos una etapa nueva. Hay sectores en donde las subas de los precios reflejan los aumentos que se produjeron en los commodities. A ese sector le estamos ofreciendo una respuesta concreta. No vamos a permitir que ese aumento del precio del trigo se traslade a las góndolas. ¿De qué manera? Con el fideicomiso que fue anunciado el viernes pasado", agregó el funcionario.
El ministro hizo referencia a la suba del diferencial que pagan el aceite y la harina de soja, de 31%, con el que se abona por el poroto de la oleaginosa, de 33%. Con esos ingresos extra, que los analistas estiman de entre US$ 400 y US$ 450 millones, se podría financiar un fondo que subsidie el precio local del trigo hasta fin de año.
Así, se acordaría un valor de referencia para la bolsa de harina y precios máximos para el pan y los fideos. Eso serviría para reforzar el fideicomiso de 800.000 toneladas de trigo acordado con los exportadores, quienes advirtieron que lo dejarían sin efecto ante una suba de retenciones.
Otro punto importante para el Gobierno será la aplicación de la Ley de Abastecimiento y el contacto diario con las empresas desde la Secretaría de Comercio. Desde el lunes, el Presidente mantendrá diálogos con empresarios y sindicalistas en búsqueda de anclar expectativas. Con estos métodos, la inflación fue 50,9% y los analistas anticipan que ese será el piso de 2022.