En apenas una semana dos grandes compañías, la distribuidora de electricidad Edenor, y la constructora Clisa, del Grupo Roggio, dieron claras señales de comenzar un proceso de restructuración de sus respectivas deudas, en lo que anticipa movidas similares en el sector privado.

La Compañía Latinoamericana de Infraestructura & Servicios S.A (Clisa) había anticipado en marzo que estaba en zona complicada debido al recorte de obra pública, la recesión y la inflación.

En una carta dirigida al Mercado de Valores, informo que: "El Estado Nacional argentino está avanzando con un drástico plan de ajuste fiscal, basado en una disminución del gasto público y un aumento en la carga impositiva, y que incluye una significativa disminución en la ejecución de obras públicas, incluso proyectos que ya están en curso”.

Asimismo, “las características del sistema tributario argentino han hecho que las provincias y municipios también se vean afectados por el ajuste fiscal a nivel nacional" y paralicen obras.

Por todo esto "se ha experimentado en el primer trimestre de 2024 una fuerte caída de la actividad económica y al mismo tiempo altos niveles de inflación, así como una alta volatilidad en las demás variables de la economía, lo que ha impactado significativamente en las cifras de los presentes estados financieros".

Clisa – Roggio informó a sus acreedores que no pagará los intereses de las obligaciones negociables emitidas en 2021 por US$ 358 millones, que tenían previsto una amortización de 7,5% nominal anual.

Esta noticia se sumó a la designación del especialista en el sistema financiero, Daniel Marx, al frente de Edenor, la mayor distribuidora de energía eléctrica del país.

Si bien la situación de Edenor, perteneciente al grupo Vila-Manzano es diferente a la de la constructora, la empresa informó a la Comisión Nacional de Valores ganancias por $107.580 millones en el primer semestre de 2024 y una rentabilidad operativa de $82.650 millones, gracias los aumentos de tarifas de casi superior al 300% que habilitó el gobierno durante los primeros siete meses del corriente año, lo cierto es que la designación de Marx habla de su necesidad de renegociar su deuda .

Es que Marx no es un especialista en el sector energético y sí en la negociación de la deuda, como lo ha hecho desde el Estado nacional, en la década del 90’ y hasta la crisis del 2001, y para importantes grupos locales.

En la distribuidora, Marx tendrá que colocar una obligación negociable por cerca de US$ 300 millones financiar vencimientos de deuda por US$ 27 millones en noviembre, y asegurar fondos para el plan de inversiones.

La deuda externa del sector privado totalizó US$ 106.815 millones al término del primer trimestre del año lo que representó una suba trimestral del 2,3%, pero que asciende al 20 % si se la compara con marzo del año pasado, informó el Banco Central.

Este incremento en la comparación interanual, estuvo explicado “por el aumento de la deuda comercial, parcialmente compensado por las cancelaciones de deuda financiera”, señaló la entidad que dirige Santiago Bausilli a través de un documento.