martes 26/3/2024 - Ivy Cángaro - Mauro FedericoDe activa militante K y fana de Cristina, a la iluminación libertaria y la fascinación por la denuncia fácilAsí como San Pablo rumbo a Damasco, Leila Gianni -en el camino entre el despacho que ocupaba en el Ministerio de Medioambiente y el suntuoso edificio que hoy ocupa el flamante Ministerio de Capital Humano- vio la luz y tuvo una gran revelación un tanto más terrestre que la del santo: debía reconvertirse si quería sobrevivir dentro del estado y con un sueldo considerable como funcionaria. Se tapó los tatuajes de pingüinos y tomó como propio el slogan libertario: "Viva la Libertad, carajo!".