Qué hará el gobernador de Unión por la Patria que aseguró que renunciaría si ganaba Milei
El riojano Ricardo Quintela tomó una decisión sobre su futuro. En las últimas horas todos los funcionarios de su gabinete pusieron a disposición su salida del gobierno local.
El gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, había deslizado en septiembre pasado la posibilidad de renunciar a su cargo si Unión por la Patria no hacía una buena elección en su provincia. "Si no ganamos el 22 de octubre se van a restringir los fondos para nuestra provincia, no va a haber recursos y si a este gobernador no le va bien, tiene que presentar la renuncia”, fueron sus palabras de entonces.
Lo cierto es que Javier Milei fue electo presidente, entre otras cosas, gracias a la sorpresa que dio en La Rioja y en otras provincias, donde se impuso en el balotaje. Un golpe que impactó de lleno en una jurisdicción de claro porte peronista. El resultado no fue el esperado. El líder de La Libertad Avanza ganó los comicios locales por el 53.7 al 46.3.
"La agresividad que tiene para comunicarse con la sociedad, es imposible gobernar con una persona de estas características Independientemente de ser respetuoso de la voluntad popular, pero tiene un sesgo filonazista que asusta y atemoriza", había referido también en su momento.
Sin embargo, Quintela se desdijo y este martes, antes de ingresar a la reunión de los gobernadores peronistas en la sede porteña del Banco Provincia, aseguró que “voy a seguir en el cargo… La decisión de mis compañeros y mis ciudadanos la vamos a defender a ultranza”.
Y agregó que en el actual oficialismo esperan tener una oposición “responsable, dialoguista y colaboracionista” para así “sacar el país adelante” cuando gobierne Milei. “Hay cosas en las que podemos estar de acuerdo y cosas en las que no, las vamos a manifestar con fundamentos sólidos”, sostuvo.
El gobernador arribó este martes a CABA luego de que la plana mayor de su gabinete provincial presentara ayer la renuncia a sus cargos de manera formal. Pese a que se trató de un gesto para que el mandatario se siente libre de reordenar las direcciones de sus principales carteras, de hecho podría aprovechar la situación para acomodar algunos puestos clave.