Alerta amarilla: el PRO en riesgo de perder un bastión clave en la provincia de Buenos Aires
Bahía Blanca se convirtió en un talismán para el partido que fundó Mauricio Macri, donde desde el 2015 ganaron todas las elecciones en las que se presentaron. El intendente Héctor Gay ya advirtió que no irá por un tercer mandato y hay preocupación porque no tiene un sucesor claro. Competencia interna en Juntos y la chance del FdT de dar el golpe.
La extraordinaria actuación de la Selección Argentina en el Mundial de Qatar corre el foco en estas semanas de la política. Hasta el final del camino en la Copa del Mundo, las alegrías y tristezas dependen de Messi y compañía. Pero una vez que termine el periplo futbolero, la dirigencia nacional deberá poner manos a la obra en la previa a un 2023 que tiene elecciones ejecutivas en el horizonte. Y en la previa, la oposición y en especial Juntos por el Cambio, se preparan para ir por el premio grande.
Claro que no solo se elige Presidente el año que viene. En efecto, la alianza opositora pone bastante en juego de lo que ya tiene. No se puede descuidar. Allí habrá además una disputada interna ya que la Unión Cívica Radical está decidida a discutirle al PRO mano a mano en cada rincón del país. El radicalismo vive una efervescencia que no tenía hace dos años atrás, tal vez siquiera en 2021, pero los comicios legislativos de octubre pasado los devolvieron al ruedo.
Pero en algunos casos, también es competencia la Coalición Cívica, como ocurre en Bahía Blanca. La llamada capital del básquet es uno de los bastiones del PRO en la provincia de Buenos Aires, donde desde el 2015 ganaron todas las elecciones. El intendente Héctor Gay está terminando su segundo mandato y si bien puede ir por uno más, ya adelantó que no será candidato. Esto abre el juego puertas adentro, ya que no tiene un sucesor claro.
La principal apuesta entre los amarillos es la senadora bonaerense Nidia Moirano. Hábil armadora política, la abogada es menos conocida para el público que entre sus pares. Fue la hacedora de Gay intendente en 2015, pero todavía está por verse si puede refrendar sus pergaminos en las urnas. En el oficialismo local aseguran que lidera las encuestas, pero en los pasillos de la política bahiense descreen de esos números.
Y es que el radicalismo tiene una carta fuerte para jugar: el año pasado se impusieron sobre el pucho con un candidato que casi no tuvo campaña, Lorenzo Natali. Quien a la postre ganó la interna y la elección general y se convirtió en diputado provincial es un reconocido locutor y periodista de la ciudad. Sí, al igual que el actual jefe comunal. De ahí la preocupación de la cúpula amarilla.
Claro que entre los boina blanca también hay dudas sobre la idoneidad de Natali para ocupar el cargo. Lleva apenas un año como legislador y no registraba paso en la política hasta que Emilio Monzó lo empujó a ser candidato, bajo el ala de Facundo Manes. El propio diputado reconoce que hoy no está del todo preparado para serlo. Pero los números mandan y hoy es por lejos el radical que más mide.
Y si le faltaba una preocupación al PRO, en Bahía hay un nombre fuerte entre los lilitos. El senador provincial Andrés De Leo pide piste hace tiempo. Con larga trayectoria en la Legislatura, es hombre de confianza de Elisa Carrió y también del presidente de la CC-ARI, Maximiliano Ferraro. Y un dato no menor: no lo ven con malos ojos en el municipio. Tiene buena relación con Gay, por lo que de elegir, si no es un propio, al menos que no sea un radical.
“Estamos trabajando en ese sentido. Estamos en la etapa del quiero, después vendrá la etapa del que puede. Es una vocación personal, por encima de cualquier otra posibilidad. Cree que puede sumarle muchas cosas a la ciudad y tiene vocación de trabajar en el territorio”, confió una fuente de los lilitos a Data Clave.
El dato es que además de la competencia interna, el Frente de Todos viene construyendo un candidato desde hace tiempo. En una ciudad históricamente esquiva al peronismo, la figura del presidente del Puerto de Bahía Blanca, Federico Susbielles, ha cobrado la fuerza suficiente para ir por el premio mayor. Si bien ya lo intentó en 2019, en ese momento el candidato era Gay, hoy ya fuera de carrera por decisión propia.
Exdeportista y con un recordado paso por la Confederación Argentina de Básquetbol, ‘Chubi’ es la carta del justicialismo para el año que viene. El contexto nacional hoy no lo ayuda, pero puertas adentro del PJ confían en una buena elección del gobernador Axel Kicillof, que traccionaría a su favor. El mandatario provincial ya ha hecho público su apoyo, hace 4 años y también ahora: “necesitamos un intendente como Federico Susbielles”.
Ante este panorama, el PRO deberá sortear primero lo que a priori asoma como una interna muy competitiva, para luego hacer frente a otro candidato que supone un hueso duro de roer. Claro que la posibilidad de una PASO con nombres fuertes le daría el músculo necesario para imponerse en las urnas en las generales. El quid de la cuestión pasa por saber si la fibra propia le alcanzará para vencer a sus compañeros de alianza y no ceder terreno en un bastión clave.