La tecnología una vez más está cambiando el mundo (y para mejor)
La pandemia aceleró el avance tecnológico. Se generó una nueva perspectiva de organización social. Impacto y beneficios en diversos sectores y regiones. Necesidad de combinar empresas privadas y al Estado.
La tecnología está cambiando el mundo, eso es una realidad. Lo que antes pensábamos que podría demorarse 5 o 10 años, por el coronavirus, está sucediendo en semanas o meses. El avance tecnológico sucede tan rápido que a veces no nos damos cuenta, pero hoy nuestras vidas están condicionadas en gran parte al papel importante que la digitalización ocupa en nuestra sociedad.
El contexto que hoy atravesamos a causa del coronavirus, si bien es negativo para gran parte de los sectores económicos, generó las condiciones ideales para el rubro tecnológico se posicione por sobre los demás y utilice esta pandemia como un trampolín de despegue. Con el protocolo de seguridad establecido por el gobierno, donde llevamos más de 4 meses en cuarentena, nuestra forma de desarrollarnos cambió por completo. Desde cómo nos relacionamos y nos comunicamos, aprendemos y enseñamos, hacemos negocios y por ende, la forma en la que construimos la sociedad tuvo que readaptarse y adoptar la tecnología como un aliado más.
Sin duda esto no sucede solo en Argentina, el mundo entero está acelerando su proceso de
adaptación tecnológico. Con las nuevas tecnologías hoy se está posicionando una nueva
perspectiva de organización social. Los cambios no son menores, van desde una reestructuración en los sistemas educativos basados en la educación a distancia, hasta una modificación en nuestros hábitos de seducción y forma en que podemos conocer a nuestra futura pareja.
Puede ser un poco complejo de entender, pero hoy la tecnología forma parte del próximo salto
evolutivo del ser humano. Si antes las personas solían aprender en un aula de clases, siguiendo el mismo paradigma de inicios del siglo 20, hoy puede aprender desde sus hogares y administrando los horarios según sus comodidades. El aprendizaje ya no se condiciona a la asistencia obligatoria a un edificio en particular y con uniformes/elementos necesarios. Hoy aprendemos en cualquier momento y lugar, el contexto ya no nos hace, nosotros hacemos al contexto.
La asimilación social de la tecnología ha permitido que nuestro día a día sea mucho más fácil y
dinámico. Y no solo eso, sino que también ha generado millones de nuevos empleos en todo el
mundo y en muy poco tiempo. Para darnos una idea, si tan solo retrocedemos 4 años atrás ¿Se
imaginaron alguna vez que la gente podría vivir de subir contenido a una red social? Y no solo me refiero a trabajo directo, cómo es el caso de los influencer, sino también al trabajo indirecto
generado por esto. Según diversas empresas privadas, los 7 rubros más demandados para el 2021 serán: consultor de transformación digital, creador de videos, asesor de SEO local, experto en E-commerce, especialista de CRO (Conversion Rate Optimization), asesor de E-learning y especialista en Realidad Aumentada.
Ahora, analizando a un nivel más macro, podemos decir con total seguridad que la tecnología
también ayudó a luchar contra la pobreza mundial. Hoy en día, el mundo tiene un objetivo
ambicioso: poner fin a la pobreza extrema antes de fines de 2030.
Con la ayuda de las nuevas tecnologías, la democratización del comercio es una realidad. Gracias al abaratamiento de los costos de fabricación, se pueden reducir los precios de los bienes y servicios destinados a consumidores y vender en mayor cantidad, ya que se alcance a un público más grande. Al aumentar la matriz de mercado y consecuentemente la matriz productiva, esto inmediatamente conduce también a la creación de nuevos empleos.
Específicamente orientado a nuestra región, Latinoamérica, las inversiones tecnologías se han asegurado un papel fundamental en la transformación de la agricultura a gran escala, lo cual nos permite producir y exportar mayor cantidad de granos, por ejemplo. Los datos masivos, los GPS, los drones y la comunicación de alta velocidad han permitido la aparición de servicios adicionales mejorados; se optimizó la irrigación, así como el uso de fertilizantes e insecticidas; aparecieron sistemas de alarma temprana; y se facilitó la aparición de sistemas de control de mejor calidad, así como una logística y administración de las cadenas de suministros más eficientes. Todas estas mejoras aumentan la productividad agrícola y facilitan la diversificación hacia cosechas no tradicionales con elevadas ganancias.
Hay algo importante que es necesario aclarar, cuando nos referimos al uso de tecnologías, no nos estamos refiriendo necesariamente al uso de procesos digitales, es más, podemos hablar de avances tecnológicos que salvar la vida de millones de personas a fines de la década de 1960 gracias a la conocida “revolución verde”. Pero, ¿qué es la revolución verde?
El concepto de la Revolución Verde nace luego de la segunda guerra mundial a causa de un
contexto de extrema hambruna en Japón e India. Debido a los graves daños que dejó en Hiroshima y Nagasaki la guerra, la población de Japón se encontraba extremadamente mal alimentada, al punto de la extrema desnutrición. Para combatir esto y principalmente solucionar el problema de la plantación de trigo que no alcanzaba a alimentar a toda la población japonesa - ya que era petiso y con pocos granos -, se experimentó con el cruce de semillas, combinando el trigo japonés con el trigo mexicano - alto y con mucho peso de granos -. A partir de este experimento científico y tecnológico, se logró el desarrollo de los “granos híbridos”. Para darnos una idea de los resultados obtenidos, estos nuevos granos triplicaban el rendimiento obtenido en las plantaciones japonesas y mejoraron de forma significativa la alimentación en Japón.
Exactamente lo mismo sucedió en la India, gracias al traslado de 18.000 toneladas de semillas
desde México hasta India, para 1974 la producción se había multiplicado de forma exponencial.
Las hambrunas de India y Pakistán habían desaparecido. Se estima que con estos avances
científicos y tecnológicos, se salvaron aproximadamente 1.000 millones de vidas.
Por último, analicemos el resultado de combinar empresas privadas y participación del estado
para obtener resultados positivos en ámbitos sociales. Todos conocemos a Elon Musk y su
ambicioso proyecto para “conquistar” Marte, lo que muchos posiblemente no conozcan, es que Space X (empresa encargada del último despegue del cohete Falcon 9) recibió importante colaboración del gobierno de Estados Unidos y la NASA en particular.
La misión conjunta de la NASA y la empresa de Elon Musk SpaceX Demo-2 ha sido calificada de histórica por tratarse de la primera vez que una nave privada lleva astronautas a la Estación
Espacial Internacional. El administrador de la NASA, Jim Bridenstine, elogió las acciones de Trump respecto al programa espacial y expresó gratitud por el presupuesto que los legisladores
republicanos y demócratas en el Congreso le destinaron.
Es por eso que, de algún modo, la tecnología puede ayudar a cambiar el mundo o conquistar
nuevos mundos. Desde distintas áreas, como impulsar la educación en zonas desfavorecidas
alrededor del mundo, proteger el medio ambiente, promover los derechos humanos o incluso
fomentar el activismo social. Los gobiernos solo tienen que hacer dos cosas, permitir el libre desarrollo de la tecnología y apoyar aquellos proyectos con mayor impacto socioambiental y económico.
Todo esto demuestra que el mundo con tecnología cambia constantemente y hace que todo sea
diferente, pero lo que no podemos poner en duda es que en ese promedio funcionan mejor las
sociedades y economías. Por eso, propongo que aceptemos este progreso como algo natural y nos podamos subir a esta nueva realidad como individuos y como país. Que el miedo a lo nuevo y diferente no nos genere un bloqueo, sino una apertura a una vida mejor.