En el inicio del corriente siglo (año 2000) nuestro país exportó 26.434 millones de dólares en bienes, lo que representaba 7,26% de todas las exportaciones de Latinoamérica.

Luego, en el reciente año 2022 (año del récord histórico nominal medido en dólares de Argentina), nuestro país exportó 88.446 millones de dólares, lo que representó ya 5,88% del total de Latinoamérica.

De tal modo que, en lo transcurrido de la década, Argentina perdió el 19% de su participación en el total de Latinoamérica. Lo referido exhibe los serios problemas de competitividad de nuestra economía. En el año 2000 Brasil exportaba más que Argentina pero no llegaba a duplicar la cifra de nuestro país, mientras que en 2022 exportó 343.796 millones de dólares lo que supone más que el triple (en realidad en 2022 casi triplica las exportaciones argentinas).

En 2000 Chile exportaba poco más que la mitad de Argentina mientras en 2022 exportó 13% más que Argentina. En 2000 México exportaba 344% más que Argentina y en 2022 lo hizo en una cifra 563% mayor que la argentina.

Argentina, así, ha perdido terreno poniendo de manifestó sus serios problemas competitivos. ¿Cuántos dólares se pierden? Entre 2000 y 2022 las exportaciones de Latinoamérica crecieron 318,2% mientras que en ese periodo las argentinas lo hicieron en 238,7%. La diferencia entre el total regional (del que Argentina obviamente participa) y la Argentina es grande y muestra la menor velocidad argentina en relación con el subcontinente (que, además, no es precisamente una región de alto desarrollo competitivo).

Efectivamente, como surge del siguiente cuadro (elaborado por la Organización Mundial de Comercio), nuestro subcontinente apenas genera 3,7% del total mundial (mientras Norteamérica genera 18,3% del total -aun integrada con solo tres países-; Europa lo hace en 36.9%; África en 2,9% y Asia en 32,5%).

De modo tal que si las exportaciones argentinas hubiesen crecido en el periodo 2000 – 2022 en un porcentaje similar al latinoamericano, en 2022 Argentina hubiese exportado 109.204 millones de dólares. Argentina se perdió por ende en un solo año (el ultimo) 20.754 millones de dólares por no acompañar el promedio regional.

Y si se calculara esa diferencia por cada año en el periodo 2000 - 2022 Argentina ha dejado de percibir una cifra en dólares superior a los 200.000 millones de dólares acumulados. Si se efectuara la comparación ya con los resultados (proyectados) de 2023, la cifra empeoraría gravemente la performance evolutiva comparada argentina debido a la caída esperable (más de 20%) de las exportaciones argentinas en 2023.

Aunque -dadas las excepcionales circunstancias (climáticas especialmente, considerando que afectan a la producción agropecuaria, que representa 65% del total exportado por nuestra economía)- el año 2023 no es un año válido para efectuar comparaciones que marquen una tendencia en un ciclo más largo.

Qué diferencias hay entre países en Latinoamérica

La Argentina, además, manifiesta en este lapso (lo transcurrido del siglo) una performance muy pobre comparándola con sus vecinos. Si se compara la evolución porcentual de las exportaciones de los países de Sudamérica (entre 2000 y 2022) se constata que en el periodo transcurrido Argentina fue el país con peor performance comparada país por país en la evolución de sus exportaciones, después de Venezuela (que es el único en el que las exportaciones descendieron).

Conclusión

La Argentina exhibe problemas de competitividad. Sistémicos y profundos. Y por ende está urgida de reformas sustanciales. Por todo ello, para las próximas décadas, debe preverse un marco integral económico, político y social renovado. Lo que debe comenzar por una previsión de la satisfacción de ciertas prioridades, entre las que se destacan las siguientes 7:

a) garantizar por largos periodos la vigencia de instituciones que aseguren derechos subjetivos (de propiedad; de seguridades jurídica y física -en bienes y en intangibles- y en personas; de cumplimiento de contratos varios; y de vigencia de principios de legalidad, justicia y celeridad en la resolución de controversias entre particulares o entre particulares y autoridades);

b) recuperar equilibrios macroeconómicos (que mejoren el funcionamiento de los distintos eslabones de la inversión, el trabajo, la producción y la comercialización);

c) mejorar la capacidad logística integral de nuestro país;

d) actualizar gradualmente el entorno regulativo para que sea más amigable y flexible para acompañar la innovación productiva, alentar las mejoras constantes y facilitar la consecuente agilidad económica;

e) crear un ambiente general económico/político/productivo amigable, basado en la concordia y el optimismo, que facilite la iniciativa basada en la planificación a mediano plazo de los actores de la producción;

f) generar una arquitectura internacional (especialmente a través de tratados económicos y comerciales de integración reciproca) que mejore la capacidad de acceso de productos (bienes y servicios de este ecosistema productivo integral) y de sus empresas, en mercados externos a partir de negociadas y acordadas condiciones favorables para ellos en materias regulativa, arancelaria, jurídica, política y económica.