Arrancó el juicio contra un fiscal federal acusado de encubrir a una banda de narcos
Alejandro Cantaro está suspendido en su cargo. Supuestamente en el grupo delictivo había un sobrino suyo.
Con una audiencia que en general no lo complicó, comenzó este miércoles un juicio oral contra un fiscal federal acusado de haber brindado protección a una banda de narcotraficantes que presuntamente integraba su sobrino.
El tribunal oral federal de Bahía Blanca, integrado por los jueces Ernesto Sebastián, Alejandro Silva y Simón Bracco, inició el debate bajo la modalidad virtual en el marco de la causa por la cual se encuentra imputado Alejandro Salvador Cantaro.
Al fiscal Cantaro, de 64 años, quien se encuentra de licencia, se le atribuye haber ayudado a su sobrino Sebastián Gauna San Millán y a otras personas a eludir investigaciones, de sustraerse de la acción penal y de no haber denunciado a los delitos al tomar conocimiento de los mismos, entre el 22 de marzo del 2017 y el 14 de abril del 2018.
Cantaro fue procesado sin prisión preventiva en el 2019 por el juez Federal, Walter Lopez Da Silva, en el marco de la causa por la que fue acusado por abuso de autoridad y violación deberes de funcionario público y encubrimiento, especialmente grave (tráfico de estupefacientes).
Durante los testimonios de la jornada declararon de forma presencial Dino Berdini, prosecretario de la Fiscalía General y el secretario Agustín Carestía quienes hablaron sobre las tareas que llevaba a cabo Cantaro. Berdini comentó que "el trato era cordial", que "lo veía cansado y agotado por el trabajo" y que nunca le comentó "tener adicciones a alcohol o estupefacientes".
Por su parte, Carestía expresó que a Cantaro "todos los días lo veía un par de horas" y que era todo "normal". "A San Millán no lo conozco, me enteré por los medios", agregó el testigo ante preguntas formuladas por el Ministerio Público Fiscal sobre el sobrino de Cantaro.
Marcelo Rohwein sostuvo que ingresó en 2016 en la Fiscalía de la Cámara Federal, al área de Delitos Complejos "para investigaciones basadas en denuncias anónimas y colaboración a otras fiscalías, también colaboraba en los juicios de lesa humanidad en Santa Rosa".
En cuanto a la vida personal de Cantaro, el testigo sostuvo que "es viudo, tiene tres hijos, profesor de universidad, había trabajado en el Tribunal Criminal Penal" y que se había enterado de la situación del fiscal "por la prensa antes que el mismo ámbito laboral".
"Estuvimos algunos días sin ejercer funciones, sin trabajo hasta que fuimos reasignados", agregó al indicar que entre los empleados "era una sorpresa tremenda".
"A San Millán creo que Alejandro (Cantaro) lo ha mencionado alguna vez, después lo vi por los diarios, me dio la sensación que lo vi no sé si fue en el cumpleaños", sostuvo.
En la causa, denominada "Drogas Sintéticas II", ya fueron condenadas siete personas a penas de hasta cuatro años y ocho meses de prisión por el delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de comercio.
Según los voceros, Cantaro fue mencionado en distintas escuchas telefónicas, entre las cuales hubo conversaciones con al menos dos personas, entre ellas un sobrino. En el caso "Drogas Sintéticas II" se secuestraron más de un centenar de dosis de cocaína compactada, 1.500 semillas y cinco plantas de marihuana, ente otros elementos.