Un acuerdo salarial “testimonial” del 60% para bajar las expectativas
La CGT apoya al Gobierno con este pacto, pero como todos los acuerdos firmados el año pasado, habrá “cláusula gatillo” por si se supera esa cifra.
En marzo del 2022, el entonces ministro de Economía, Martín Guzmán, aseguraba que la inflación del año iba a ser del 35%, y los sindicatos comenzaron las negociaciones paritarias con ese horizonte.
Claro que nadie por entonces esperaba “ese milagro”. La inflación del 2021 había sido del 50,1% y el acuerdo que el Gobierno iba a firmar por el Fondo Monetario Internacional (FMI) implicaba, entre otras cosas, un aumento de los servicios públicos para bajar las tarifas.
Así que cada sindicato de los “grandes”, firmó, como hizo en años anteriores, paritarias, con “cláusula gatillo” para que en caso de que la inflación superara el 35%, se pudiera volver a subir los salarios.
La historia del 2022 es conocida, y ahora se repite. En un enero donde la ciudad está desierta, los integrantes de la Confederación General del Trabajo, acordaron con el Gobierno pedir un “techo salarial” del 60%, eso sí, con cláusula de revisión
En períodos de alta inflación “todos los contratos tienen a acortarse”, destacó la economista Marina dal Poggetto, y en ese marco explicó que en este acuerdo “el gobierno pone un número, digamos 60%, pero después vemos”.
La titular de la consultora EcoGo también dio cuenta que un nivel del 5% mensual, como hubo en noviembre y diciembre “arroja un 80% en el año” y en ese marco “los sindicatos saldrán a defender el ingreso de sus representados, entre otras cosas, por miedo a perder ante los gremios de izquierda, como paso en el caso de neumáticos”.
Dal Poggetto, en declaraciones a Radio Mitre, explicó que “el problema es que cada vez hay menos trabajadores formales, unos seis millones sobre un total de 19 millones” y advirtió sobre la pérdida del poder adquisitivo.
Eso quedó reflejado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) que informó que hasta octubre (último dato relevado) la inflación acumulada alcanzaba al 76,7%, mientras los ingresos trabajadores privados y públicos tuvieron, ambos una suba del 72 %, pero los de los empleados “en negro” solo el 54,6%.
En medio de este panorama, la ministra de Trabajo de la Nación, Raquel “Kelly” Olmos, confirmó el jueves que el Gobierno una suba de salarios de hasta el 60% "sería converger hacia el nivel pautado de inflación más algún punto de recuperación”.
El aumento de salarios, sumado “a que también habrá una reducción de la inflación, (todo eso) implica una mejora de la capacidad adquisitiva", dijo Olmos en declaraciones a la radio AM 750.
Sin embargo, dejó en claro que “es una política que propiciamos. Del mismo modo que el año pasado el Gobierno frente a la explosión inflacionaria que se dio hacia mitad de año impulsó la reapertura y revisión de las negociaciones paritarias para evitar que hubiera una perdida significativa de la capacidad adquisitiva por parte de los salarios".