"Los salarios registrados en marzo aumentaron 13,1 por ciento y le han ganado a la inflación, que fue del 11 por ciento”, aseguró a fines de abril el vocero presidencial, Manuel Adorni, durante su habitual rueda de prensa.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) reflejará si las palabras del funcionario se ajustaron o no a la realidad, cuando de a conocer la variación del Índice de Salarios correspondiente al tercer mes del año.

Ya existe un antecedente: durante febrero, y contra un índice de inflación del 13,2%, los salarios de los trabajadores privados registrados subieron 14,1%, los de los empleados púbicos, 15,1%, pero los de los trabajadores “en negro” solo el 5,7%, según el Indec.

Pero si el análisis abarca el primer bimestre, la brecha entre los que están registrados, y los que no tienen aportes, es aún mayor.

En efecto, la suba de precios acumulada en el primer bimestre resultó del 36,6% y solo los salarios de los trabajadores privados registrados estuvieron en línea, con un aumento del 36,9%.

Los empleados estatales acumularon una suba del 29 % - más de 7 punto porcentuales por debajo - y los trabajadores “en negro” el 17,9%, casi 20 puntos inferior a la variación de precios.

Por eso, el Observatorio de la Deuda Social de la UCA estimó que un tercio de los trabajadores “son pobres”, es decir, sus ingresos no les alcanza para comprar el mínimo de alimentos, indumentaria y servicios.

Para marzo, con una inflación acumulada del 51,6%, en el primer trimestre y una Canasta Básica Total (CBT) de $ 773.385, para una pareja con dos hijos, el Índice de Pobreza alcanzó al 51,8%, aseguró el economista Martín Rozada de la Universidad Torcuato di Tella.