Si las ganancias de las empresas explicaran la inflación, Argentina sería un país estable, o en deflación, sostiene el IERAL
Un informe del "think tank" de la Fundación Mediterránea destaca que las empresas brasileñas ganan mucho más que las argentinas, y la inflación del vecino país fue del 3,21% en todo el 2020.
La lógica subyacente del congelamiento de precios tiene que ver con la presunción de un “exceso” en los márgenes de ganancias de las empresas, con subas de precios que habrían evolucionado por encima de la trayectoria de los costos, destacó un reciente informe del IERAL.
La casa de estudios de la Fundación Mediterránea apunta a que “sí se utilizan los ratios habituales de rentabilidad y/o flujo de caja de los balances de las compañías que cotizan en bolsa, de allí no surge ningún tipo de anomalía que justifique aquella presunción”.
Las empresas que cotizan en el Merval tienen ganancias antes de intereses e impuestos (EBIT) equivalentes al 15,1 % de la facturación, o sea 6,5 puntos porcentuales menos que el 21,6 % de las firmas que cotizan en la Bolsa de San Pablo.
“No existe correlación con los datos de inflación, que muestran una brecha de 5 a 1 entre la suba de precios anualizada de la Argentina y la de Brasil”, destacó el informe del IERAL.
Además, esta diferencia en el nivel de ganancias entre las empresas de Argentina y Brasil “es crucial a la hora de decidir inversiones” y apuntó a que “una muy reducida valorización de las firmas en relación a su flujo de caja está reflejando un combo de factores que deterioran el clima de negocios: falta de previsibilidad, riesgo país elevado, desaliento en las expectativas”.
El IERAL apuntó a las razones de la inflación en Argentina y entre ellas destacó que “luego de una pausa de un par de trimestres, el ritmo de la emisión monetaria de este segundo semestre de 2021 ha regresado al patrón de 2020”.
En este marco “hay que prever en un horizonte cercano un resurgir de las presiones inflacionarias, que se habrán de potenciar por la recomposición de precios que se están rezagando (inflación reprimida), como el tipo de cambio, las tarifas y también los de los productos de la canasta familiar que acaban de ser congelados con vigencia desde el 1ro de octubre”.
Todo esto “puede tener efecto negativo sobre el nivel de actividad, tal como ocurrió con el bache del PBI del segundo trimestre de este año en relación al primero”.