El Gobierno, preocupado por el aumento de la ropa: la industria apunta al contexto local e internacional
La vestimenta se incrementó 10,9% en marzo, 17,4% en el primer trimestre y 67,3% en el último año. El sector textil apunta a la disparada de los precios internacionales y la inercia inflacionaria local. Diferencias metodológicas con el Indec.
El Gobierno está preocupado por las fuertes subas de precios en la vestimenta, rubro que escaló 10,9% en marzo, por encima de la inflación general del 6,7%, y sólo superada por educación (23,6%). Por otro lado, las empresas señalan que las explicaciones se encuentran en el contexto local e internacional, mientras que marcan diferencias con la medición que realiza el Indec.
“El segmento de prendas de vestir y calzado impacta directamente en la población, no pueden dejar de vestirse. Tenemos que buscarle la vuelta rápido a este tema”, consideró una fuente del equipo económico del Gobierno ante la consulta de Data Clave. El diagnóstico está basado en los últimos datos del organismo estadístico: este rubro acumuló un alza del 17,4% en el primer trimestre y un incremento del 67,3% en el último año.
Por su parte, el sector industrial se defiende señalando que existen razones coyunturales pero también estructurales que explican las subas de precios. Así fue plasmado por la Fundación ProTejer en un informe difundido ayer a última hora.
La visión del sector
En cuanto a lo coyuntural señalaron la inercia inflacionaria local y la restricción externa, es decir, falta de dólares. Respecto a la coyuntura, apuntaron a la suba de precios internacional que se suma a problemas de suministro y abastecimiento energético.
Por caso, en el documento de la Fundación consignaron que, en los últimos dos años, el algodón se encareció 108,5% en dólares; el poliéster, 45%; la viscosa, 58%; el nylon, 41%; y el acrílico, 48%. Estos insumos son centrales en la producción textil, a los que se suman la incidencia de las paritarias, en un sector que es de mano de obra intensiva.
“Desde diciembre de 2016 hasta agosto del 2021, el aumento promedio de precios de la indumentaria estuvo por debajo del nivel general de precios de la economía. A partir de junio del año pasado, se empezó a revertir esta dinámica, y en enero y febrero del 2022 las subas de prendas y calzado fueron menores que el promedio”, afirmó ProTejer.
Estacionalidad
Sin embargo, en marzo se puso el foco en la ropa debido a la suba del 10% y en un contexto de salarios deprimidos. El tercer mes del año suele ser uno de mucha estacionalidad por el recambio de la temporada otoño-invierno. “De todas formas, llama la atención el sensible incremento de precios, dado que es un rubro particularmente protegido por las políticas estatales”, advirtió el Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
La decisión del Gobierno de generar medidas de protección al sector tiene que ver con su alta demanda de puestos de trabajo que ayudan a la recuperación de la economía. De hecho, hay convenios activos para que beneficiarios del programa social Potenciar Trabajo tengan su ingreso a la formalización en esta industria.
Asimismo, el pasado 10 de marzo la Secretaría de Industria lanzó junto a la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) y la Federación Argentina de la Industria de la Indumentaria y Afines (FAIIA) “Acción Moda”. La iniciativa comprende a 70 marcas nacionales que venderán al menos 15 modelos de prendas de vestir con precios rebajados en 2.000 puntos de venta.
Diferencia metodológica
Por otro lado, ProTejer remarcó que “es incorrecto atribuir a la industria nacional el aumento de los precios de indumentaria porque el IPC registra un mercado con alta incidencia de ropa importada”.
Al respecto, detallaron que las importaciones de prendas de vestir aumentaron 81% en el primer trimestre del 2022 comparado con el mismo período de 2021 y 57% contra los niveles de 2015. “El tipo de cambio se incrementó un 20% en el último año, encareciendo aún más la ropa importada”, añadieron.
En tanto, comentaron que la metodología IPC-Indec pondera más a los shoppings que a los nuevos canales comerciales, ya que considera cómo consumían las familias hace más de 18 años (2004). En cierto que, sobre todo con la llegada de la pandemia, el consumo se volcó más a los canales on line.