Alberto mira los números y sostiene a los ministros cuestionados: “Cada vez que nos quieren rajar, nos atornillan más a la silla”
El Presidente es optimista sobre la recuperación de la economía y sus posibilidades de reelegir. Cerca de Cristina Kirchner apuntan a la inflación, la pérdida del poder adquisitivo y reclaman "medidas extraordinarias" para tener chances en 2023.
“Cada vez que nos quieren rajar, nos atornillan un poco más a la silla”, apuntó a Data Clave un miembro del Gabinete económico sobre las últimas críticas públicas de algunos referentes del kirchnerismo. En las últimas semanas, las internas del Frente de Todos quedaron más expuestas que nunca y los apuntados son los funcionarios del área económica.
Una visión más pormenorizada podría arrojar que existen matices, pero que siembran diferencias cada vez más profundas. Para Alberto Fernández, los números de la recuperación continuarán y darán la posibilidad de reelegir el año que viene. Cerca de Cristina Kirchner no niegan lo conseguido, pero piden recomponer rápidamente los ingresos ante una inflación muy elevada que podría complicar la continuidad en el poder luego de 2023.
“Estamos acostumbrados a estos embates, pero los resultados de la gestión van en contra de lo que señalan. No es que nos sentimos respaldados por Alberto, es lo que ocurre”, replicó la fuente consultada. Los “números” que hoy mira el Presidente, repetidos en cada anteversión pública, son los que dejó la recuperación que inició a finales de 2020 y que derivó en un crecimiento del PIB del 10,3% en 2021. En la cuenta se suman la baja del desempleo, mayor inversión, crecimiento industrial, entre otras variables que efectivamente son positivas.
Cerca de la vicepresidenta no niegan las mejoras en los indicadores luego de la crisis que comenzó en el Gobierno de Mauricio Macri y la pandemia. Sin embargo, el reclamo pasa porque esa reactivación se sienta en los bolsillos de la sociedad, algo difícil con una inflación que las consultoras anticipan cerca del 21% sólo en los primeros cuatro meses del año y proyecciones del 70% para todo 2022.
Al igual que a nivel mundial, la inflación local podría alcanzar los niveles más altos en décadas por la alta inercia y los efectos de la guerra en Ucrania. En concreto, la información que maneja el área económica oficial es que los precios minoristas podrían escalar “tranquilamente” al 60%, que sería el porcentaje más alto desde 1991 cuando el IPC acumuló 84% previo a la implementación de la Convertibilidad. Por ahora ese récord lo ostenta la gestión de Macri con 53,8% en 2019.
Cruces públicos
La preocupación por esta dinámica la expresó ayer Axel Kicillof, que pidió medidas “extraordinarias” para paliar las consecuencias del conflicto bélico. "Todavía hay muchos problemas. Hay sectores a los que la pandemia los fortaleció, como el financiero, los productores de alimentos, los monopolios. Asociadas a la guerra, hay tres crisis mundiales simultáneas: la alimentaria, la energética y la financiera. El panorama es complejo y es ahí donde hay que tomar medidas muy decididas porque había que crecer con inclusión", señaló el gobernador bonaerense.
“Lo fundamental es no desatender para quiénes se va a gobernar o se ha prometido en el acuerdo electoral suscripto con el pueblo el 10 de diciembre de 2019”, reclamaba un documento realizado hace algunas semanas por el Instituto Patria.
Menos diplomático fue el ministro bonaerense Andrés Larroque señalando que a Guzmán “no lo votó nadie” o la legisladora Teresa García afirmando que al ministro de Economía y al de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, “se les cumplió un ciclo”. Lo cierto es que las diferencias, más allá de los nombres, parecen de rumbo o velocidades de reacción.
“El Presidente no los va a sacar porque lo diga Teresa García o el cuervo Larroque", consideró un funcionario importante en diálogo con Data Clave. No obstante, las espadas económicas de Alberto Fernández no están del todo empoderadas y la gestión termina trabada muchas veces ante la falta de coordinación.
Por caso, la secretaría de Comercio Interior está comandada por Roberto Feletti, cercano a CFK y un férreo militante público por la suba de retenciones como mecanismo para desacoplar los precios locales. Su jefe directo, Matías Kúlfas, pero también el ministro de Agricultura Julián Domínguez, ya rechazaron una y otra vez esa posibilidad.
Lo mismo sucede en el área energética que se encuentra bajo la órbita de Economía pero donde casi todos los funcionarios responden a la vice y no avalan la política tarifaria pactada con el FMI y llevada a cabo a partir de este año. El episodio más conocido fue cuando Guzmán intentó echar sin éxito al subsecretario de Energía Eléctrica Federico Basualdo.
Lo cierto es que el área económica no implica sólo a Guzmán y a Kulfas. Un cambio de nombres implicaría repensar toda una gestión en el Banco Central, la AFIP, el Ministerio de Trabajo, Desarrollo Social, con un acuerdo con el Fondo que recién se firmó en marzo y sobre el cuál están contempladas acciones en cada una de esas dependencias.
Mirando al 2023
Mientras tanto, Alberto Fernández no da por perdida su reelección: “Un carajo estamos perdidos”, había exclamado la semana pasada en José C. Paz. El mandatario apuesta a que la recuperación continuará su curso y que la unidad terminará llegando de la mano de una mejora en la economía.
En el kirchnerismo advierten que las cartas no están jugadas. “Consideramos que el control de la inflación de los alimentos y otros productos que integran la canasta básica será una de las variables principales que definirá el resultado de las elecciones de 2023”, comentan desde el Patria.
En la actualidad, la senda de la recuperación ya muestra algunos problemas. La escasez de dólares impacta en las importaciones para la producción industrial y la inflación pega en el poder adquisitivo. En ese marco, las metas del acuerdo con el FMI dejan poco margen de acción en un año que por los impactos de la guerra, que profundizaron los que había dejado la pandemia, se anticipan muy dañinos.