La producción de girasol bajó 21,7% en esta campaña a 3,6 millones de toneladas, frente a las 4,6 millones del ciclo pasado, según estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

“La reducción de los precios” del girasol, “junto a la caída de la producción, generaría que la economía argentina reciba un 46% menos en comparación con la campaña anterior,  US$ 1.186 millones. También aportaría US$ 292 y 921 millones en términos de recaudación fiscal y exportaciones, cayendo US$ 196 millones y US$ 659  millones respectivamente, respecto al ciclo previo.

Sólo en marzo, el precio del aceite de girasol había aumentado 7,8% respecto a febrero, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) que cotizaba el botellón del lito y medio en $ 2.979. 

Ese valor representó un aumento del 133 % respecto a los $ 1.273 que cotizaba en noviembre del 2023, último mes de gobierno pleno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.

Según la BCBA, en esta campaña se sembraron 1,85 millones de hectáreas, 21,3 % menos que en la previa, “con importantes demoras durante los primeros meses”, lo que causó la reducción respecto a las intenciones de siembra iniciales.

“A la imposibilidad de concretar los planes de siembra por sequía, se sumó el estrés termo-hídrico durante enero y febrero y los temporales de marzo que impactaron negativamente en el desarrollo del cultivo”, agregó el informe de la Bolsa.